Llevaba años habiendo perdido “el palito de la eñe” y siendo Alina Anon (“pronúnciese “Einon”), que se convertiría en una marca registrada en las artes plásticas.
GALLERY
Más de diez años atrás, en febrero de 2013, la película “Una historia extraordinaria” (“Life of Pi”), dirigida por Ang Lee sobre la novela homónima de Yann Martel, se alzó con cuatro premios Oscar: Mejor Director, Mejor Fotografía (Claudio Miranda), Mejor Banda Sonora (Mychael Danna) y Mejores Efectos Visuales, categoría que pasaron a recoger Bill Westenhofer, Guillaume Rocheron, Erik-Jan de Boer y Donald R. Elliott, como referentes de Rhythm & Hues Studios, compañía de efectos visuales y animación. La fiesta no era completa: la compañía había declarado la bancarrota, y meses después cambiaría de manos.
Llevaba años habiendo perdido “el palito de la eñe” y siendo Alina Anon (“pronúnciese “Einon”), que se convertiría en una marca registrada en las artes plásticas.
Hacia la industria
En el comienzo estuvo la pintura y el dibujo: su infancia y adolescencia en Santa Fe estuvieron matizadas por los trazos de su mano izquierda. A los 18 se mudó a Buenos Aires donde se licenció en Diseño Gráfico; aunque disfrutaba de su carrera, lo que amaba eran las películas. Cuando tenía poco más de 20 años, se enteró de la industria emergente de los efectos visuales y quiso tomar ese rumbo.
Así lo contaba hace una década a la revista Nosotros de El Litoral: “De chica siempre estuve obsesionada con las películas de efectos visuales. Siempre fue mi sueño ser parte de eso, aunque no tenía idea cómo lo podía lograr, hasta que un día leí un artículo de cómo se hicieron los efectos visuales de la película ‘La Máscara’ y me entusiasmé más. Así que empecé a ir a la Biblioteca Americana Lincoln en Buenos Aires para investigar de escuelas donde podía ir a estudiar algún curso en VFX, ya que en esa época no había Internet y era la única forma en que podía buscar información. A la vez me puse a hacer cursos intensivos de inglés.
Ya en ese entonces estaba graduada de diseñadora gráfica. Y gracias a mis padres, que siempre me apoyaron en todas mis decisiones, conseguí llegar primero a Minnesota donde hice un curso de dos años en animación. Me fui de Argentina en el 95. Estuve dos años en Minneapolis y después me vine para Los Ángeles”.
En el matte painting descubrió la unión de sus pasiones. “Eso pasó al conocer a mi marido (Jeffrey Stout), quien en esa época trabajaba en esa profesión y cuando vi que había una carrera en la cual podía pintar todo el día, ahí descubrí que eso era lo mío. Así que él me entrenó, ya que en esa época no había escuelas donde estudiar matte painting”. Así logró pintar digitalmente los cielos coloridos, reflejados con el mar infinito, de “Una historia extraordinaria”, mientras seguía despuntando la pasión en el lienzo. “Mi pasión desde chica fue pintar, así que cuando tengo algún rato libre me dedico a eso. Aunque en esta industria el tiempo libre es lo que más escasea…”, comentaba en aquel entonces.
Quizás su mayor muestra en solitario fue la que realizó en el Consulado Argentino en Nueva York, del 5 al 28 de octubre de 2022, bajo el título “Living your dreams” (“Viviendo tus sueños”), integrada por 12 obras.
Así se la contó a Diego Flores: “El tema de la serie es la mujer, el empoderamiento de la mujer apelando a los talentos únicos de la mujer. Se trata de una idea que vengo construyendo hace ya unos años animada por la necesidad de manifestar mi parecer ante lo que viene sucediendo en el mundo. No se trata de competir ni de exaltar denigrando al hombre sino de poner en evidencia una mirada distinta. Trabajo a partir de la idea en el desarrollo de un guion y de algunas formas, imágenes, que luego trabajo en función del estudio de la luz, las sombras. A partir de esa secuencia es que comienzo a dibujar y pintar, siempre en el ordenador. De este proceso surge entonces primero un boceto y luego la obra. Pero todo comienza con el desarrollo del concepto”.
Su próximo proyecto es su participación con tres obras en la Bienal de Florencia, que se realizará en la Fortalezza da Basso de esa ciudad, del 14 al 24 de octubre de este año. Así la retrata el catálogo de la muestra: “El estímulo y empoderamiento de las mujeres, especialmente de las de la diversidad, es lo que inspira a Alina Anon. A través de su arte, trata de inspirarnos a cada uno de nosotros a encontrar nuestra belleza interior y talentos únicos y nunca renunciar a los sueños que todos llevamos dentro (…). El arte de Alina tiene como objetivo ayudarnos a todos a darnos cuenta de que somos nosotros los responsables de visualizar nuestro propio futuro y dar los pasos, por muchos que sean, necesarios para lograr nuestros sueños”.
Quizás esa sea la constante en el viaje de Alina: la de la chica que partió sin contactos hacia Hollywood, “la fábrica de sueños”, para cumplir los propios. Y una vez que los alcanzó, volvió a soñar para mantenerse siempre en movimiento.
GALLERY